Un tumbaburros trae de tocho morocho. Y "chido" significa que está bien hecho. El lenguaje nacional acarrea el mismo código que la historia: el mestizaje. En nuestra lengua hay de todo, desde las profundas raíces prehispánicas hasta la influencia de la inevitable cercanía con Estados Unidos. Ahí están palabras como "quelite", que es una planta pero se usa para referirse a las amantes, o "chance", que es una mexicanización del anglicismo y cuyo significado es el mismo: oportunidad.
Jesús Flores y Escalante, investigador de la cultura popular, se ha dado a la tarea de reunir las palabras y expresiones que comúnmente usamos los mexicanos para describir objetos, situaciones, sentimientos o cualquier aspecto de la vida cotidiana.
Morralla del caló mexicano es un minucioso y divertido compendio de nuestra jerga nacional, con algunos términos en desuso, otros muy vigentes, pero con esa identidad que nos caracteriza y que está repleta de picardía, algo de inocencia y, por supuesto, altas dosis de doble sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario