2 de febrero de 2008

El curioso significado etimológico de cada día de la semana


El ingenio y los caminos del idioma viven en la historia detrás del significado de cada uno de los siete días, en versiones encontradas y tan complicadas como las leyendas griegas y romanas.

Este es el mes de las cábalas. Las personas cuyos trabajos están directamente relacionados con el campo dejan de ver hacia la tierra para fijar sus ojos en el cielo. Cada día de la semana tiene un significado para ellos. Para los etimologistas también. Aunque los nombres no aportan información sobre lo que pasará a lo largo del año, sí demuestran el ingenio y los caminos del idioma. Aclaro que hay versiones encontradas y tan complicadas como las leyendas griegas y romanas. Les ofrezco las que encuentro más congruentes, dentro de la curiosa lógica de la lengua y la mitología.


Lunes. El Diccionario de la lengua española explica que viene del latín Lunae, día consagrado a la Luna. Con eso sale del problema, pero la historia es más larga. Luna, que en griego era Selene (por eso los selenitas eran los habitantes de la Luna), era una mujer joven y bella, que iba por el cielo en un coche de plata, tirado por dos caballos. Tuvo amores con el pastor Endimión, que era un churro (como dirían mis amigas cachacas). Selene le pidió a Zeus que concediera un deseo a Endimión, y éste pidió un profundo y prolongado sueño. Durante ese tiempo, el joven no envejecía. Tampoco estaba inmóvil, a juzgar por las cincuenta Lunitas que tuvo la pareja.


Martes. El DRAE dice que viene del latín Marties, día consagrado a Marte. Lo que no explica es que Marte era el dios romano de la guerra. Es el mismo Ares de los griegos. Este heroico guerrero tuvo amores con Afrodita, que lo amaba, a pesar de estar casada con Hefesto. El Sol los descubrió una mañana, cuando dormían abrazados, y los acusó ante el cornudo esposo. El engañado cónyuge los atrapó con una red mágica y llamó a los dioses del Olimpo, que se burlaron de la pareja. Cuando Hefesto retiró la red, Afrodita, avergonzada, salió corriendo. Ares se fue a Tracia. En todo caso Afrodita y Ares tuvieron seis hijos. (Entre paréntesis, Marte también tiene su propio mes: marzo).


Miércoles. Si en las anteriores definiciones el DRAE no se entretiene con detalles etimológicos, en este caso continúa con la misma política. Dice que viene del latín Mercuri, con la terminación de martes y jueves. Es, pues, el día de Mercurio, que es el dios del comercio. Su nombre se derivó de "mercor", que es comerciar, vender, negociar. Hijo de la ninfa Maya y de Júpiter, el día de su nacimiento robó varios ejemplares de ganado (hay versiones que hablan desde bueyes hasta terneros). Era, como se ve, bastante precoz. Su padre, en castigo, lo expulsó del Olimpo, y el pobre pequeño, para entretenerse, construyó la primera lira con el caparazón de una tortuga. También fabricó un tipo especial de flauta. Era, repito, bastante precoz. Cuando su padre y él hicieron las paces, le fueron encomendadas las tareas de llevar mensajes de los dioses y conducir las almas al infierno. Para ello usaba sandalias de oro, que le permitían transportarse con rapidez.

Jueves. Viene del latín Iovis y dies: día consagrado a Júpiter. Júpiter es el gran dios de la mitología romana. Dios del cielo, del día, de la luz, del clima, del rayo, del trueno. Fue muy venerado. Rómulo, uno de los fundadores de Roma, le erigió al menos un par de santuarios. Y no era para menos, pues Júpiter le ayudó en la batalla que lo enfrentó a los sabinos.


Viernes. Proviene del latín Veneris dies, día de Venus. Antes de la fundación de Roma, era la diosa de los huertos. Luego fue asimilada a la Afrodita griega. Nació de los órganos sexuales de Urano, que cayeron al mar cuando Cronos los cortó. Es la diosa del amor, que ha inspirado cientos de obras de arte y el nombre de este día, que suele alegrar a todos.

Sábado. Vuelvo al DRAE, donde explica el largo itinerario de la palabra hasta que llegó a nuestras bocas. Nació en Acadio, siguió al hebreo, luego al griego y llegó al latín bíblico. En todos los casos remite a un concepto maravilloso: descanso.


Domingo. El Dominicus dies, es el día del Señor. Aunque ahora se considera que es el último de la semana, en el calendario eclesiástico ocupa el primer lugar. El lunes es segunda feria y el martes tertia. Los cristianos tomaron la fiesta del sábado de los judíos -el día del descanso- y la pasaron al domingo.
Publicado en: Revista Credencial