23 de marzo de 2011

Escritor recopila frases del argot, jergas y dialecto popular de México


Más de 2.800 frases de argot, jergas y dialecto popular se encuentran en el Útil y muy ameno vocabulario para entender a los mexicanos (Randomhouse Mondadori), un libro con el que cualquier hispanohablante o extranjero puede comprender el lenguaje mexicano, dijo a Efe su autor, Héctor Manjarrez.

Estas locuciones, que usan desde las damas de alta sociedad, presidentes y obispos hasta el hombre común de la calle, son enumeradas con sus respectivas explicaciones.

«Este es un lenguaje que surge en cada nación, como el lunfardo en Argentina, que se extiende y deja de ser una jerga de un grupo social específico y se generaliza a todo el país», explicó el autor.

En México, expresiones populares de expresidentes como no traigo cash (por no traigo efectivo), de Ernesto Zedillo, o el siento ñañaras (por escalofrío), de Vicente Fox, son una «perlas» que dejaron ambos exmandatarios.

En México surgió entre las clases más bajas el término ñero apócope de compañero y su lenguaje en su versión más light fue llevado al cine y a la televisión por los cómicos antiguos, aunque con la llegada de Vicente Fox al poder en el 2000 hubo un relajamiento en los medios y los cómicos y comediantes se soltaron la lengua.

Ahora términos como que onda wey, no chingues, está chido son términos que ha generalizado la televisión en la última década y se utilizan en todos los sectores sociales.

«La palabra 'chido' (muy bueno, magnífico) procede de 'chicho' y ésta a su vez de 'chiro', es una misma expresión que cambia con el tiempo... chido se usaba mucho en la década de los setenta, en los ochenta desapareció y en los noventa volvió a resurgir», explicó el escritor.

«Palabras que antes eran una vulgaridad pasaron a ser expresiones tiernas, como llamar 'tortita' a la novia, o llamar 'nalga' a la pareja, sea hombre o mujer», explicó.

Manjarrez insistió en que este lenguaje popular no es el argot de los delincuentes, quienes ya no hablan diferente a los demás, sino un lenguaje que hablan todos.

En México en los años sesenta con las novelas de José Agustín comenzó a popularizarse el lenguaje de los criminales y drogadictos, y se convirtió en moda.

Un término que ya trascendió las fronteras de México es güey que en internet se convirtió en wey, vocablo que viene de buey y pasó a güey ...y ahora es con w, como wey».

El término no manches es un eufemismo de no mames (no hagas o digas estupideces) y tiene derivados como no seas manchado (abusivo).

Manjarrez explicó que en su origen este libro tenía como propósito hacer una lista de chilanguismos (expresiones populares de la Ciudad de México), pero con la explosión del lenguaje y el uso de vulgarismos a nivel nacional la lista creció.

«Cuando llegó Santiago Creel, ministro de Gobernación de Fox, dejó que se soltaran las riendas a los cómicos de televisión, hubo un relajamiento inmediato y los cómicos dejaron de usar el lenguaje de Chespirito y cambiaron al 'ñero chilango' y se convirtió en patrimonio nacional», explicó.

Añadió que con la televisión todos los términos fueron legitimados y dejaron de ser un lenguaje prohibido u oculto que se decía en voz baja o entre gente de mucha confianza.

Publicado el 21/03/2011 en: FUNDEU-BBVA