Fijación, misterio de la ginecología, negación, recuerdos y arrebatos emocionales, son algunos de los sentimientos que desbordan estas narraciones en sus diversos estilos literarios, que van desde el costumbrismo hasta el realismo y las nuevas tendencias metatextuales.
José Joaquín Blanco, Álvaro Enrique, Vicente Leñero, Héctor de Mauleón, Fabrizio Mejía Madrid, Eduardo Antonio Parra, Martín Solares, Álvaro Uribe, Xavier Velasco y Heriberto Yépez participan en obra que trasciende más allá del Brindis del bohemio, de los festivales del 10 de mayo, de las palabras soeces y las diversas acepciones y alusiones a la palabra “madre”.
Con los autores uno se recrea nuevamente en el seno materno, así ocurre con el texto de Vicente Leñero donde evoca su infancia en las antiguas calles de la colonia Tacubaya y la impronta que su madre dejó en su memoria y en su corazón:
“Me dio leche no miel. Me dio pan, no golosinas. Me dio su presencia, no los latidos de su corazón. Yo lo lamento al recordar mi infancia, pero me doy cuenta de que crecí, llegué a la edad adulta y ahora a la vejez siendo un poco así, como ella”.
Por su parte, Héctor de Mauleón comparte con el lector una narración memorable, un cuento triste que se intuye autobiográfico. El relato es una suerte de eterna mudanza. Lo dice él mismo al inicio del texto: “Mi madre estará ahí con la vida acomodada dentro de unas cajas de huevo”.
Es una suerte de constante despedida, un ir o estar en el seno materno siempre, en todas partes, amoroso, conmovido, a veces desesperado.
Entrañables, en ocasiones ásperas o rigurosas, las madres aquí representadas también aparecen como una figura difícil de aprehender. Es entonces que el eco de la palabra resuena como un mito ancestral, que toca a algunos autores con su misterio.
Al respecto Heriberto Yépez escribe: “Cuando cuento tu historia cuento (más bien) la mía. Algo trágico me sucede contigo: te confundo con el pasado. Te confundo con la historia de ciudades. Empiezo hablando de ti y termino hablando de Tijuana. Madre te confundo con todas las urbes, confundo tu biografía con mitos de culturas desaparecidas”.
En esta suerte de perennidad también hay espacio para el humor. Fabrizio Mejía Madrid le pone al asunto un poco de sarcasmo, tras recordar las frases lapidarias de las progenitoras: “Todo se paga”, “me duele más a ti, que a mí”, “te vas acordar de mí”, “cuando tengas tus hijos me darás la razón”.
Lúdico, irreverente, testimonial, literario. Todo sobre su madre, es ¡un libro a toda madre!, un acierto editorial cuyo resultado es un concepto universal del comportamiento materno en las familias mexicanas, con el que todos nos identificaremos.
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