Para dudas... los periodistas
¿Cuáles son los errores más comunes que se cometen en el periódico y cuáles las dudas idiomáticas que más llevan a consultar a redactores y lectores?
Sin pretender responder estas preguntas con rigor estadístico, pues la cosa podría remitirnos a la alta matemática, diríamos que la mayoría tienen que ver con los usos elementales del idioma: la tipografía, es decir, en qué casos debemos usar la cursiva y en qué no; las mayúsculas, un asunto en el que podríamos rajar al mismísimo Rufino José Cuervo; las comillas simples, que se nos han vuelto de lo más complicado del mundo; el bendito (o maldito) verbo 'haber', que algunos intrépidos se atreven a confundir con 'hallar'; las combinaciones de 'por' y 'que', un laberinto peor que el de Creta; los nombres propios de árabes, rusos (maestros de obra incluidos), africanos y asiáticos, responsables de largas y sesudas discusiones que se saldan con un irresponsable "como usted diga" (en donde "usted" puede ser cualquier intruso); el uso de la coma en lugar del verbo en títulos, para abreviarlos y acomodarlos así al 'generosísimo' espacio que los diseñadores gráficos (verdaderos dictadores gráficos) graciosamente les conceden a los mendicantes redactores...
En fin, que estos e interrogantes parecidos son los que, como decíamos, obsesionan a diario a nuestros periodistas, quienes, a decir verdad, casi nunca preguntan por lo que podríamos considerar alto turmequé gramatical, como el gerundio, el uso -o mal uso- del que galicado, el régimen preposicional -al que nuestro admirable y admirado filólogo bogotano dedicó buena parte de su vida- o la distinción entre el qué interrogativo (enfático y, por lo tanto, tildado) y el que conjuntivo (átono y sin tilde) en frases como '¡Que viva la gente!', que por lo general sale mal publicado, pues a todos los traiciona la creencia de que, por estar en una frase admirativa, este 'que' debe ir tildado, cuando en realidad solo es una conjunción, sin énfasis alguno.
Para cerrar, detengámonos un poco en el uso de las comillas sencillas o simples (' ') que, aparte de servir como excelente comodín, dado el espíritu picaresco y creativo que anima a muchos a la hora de titular con juegos de palabras, es uno de los aspectos ortográficos menos regulados que tenemos en el periódico en el orden de la tipografía. Por eso no es raro oír que se pregunte a cada rato si el nombre de tal o cual seminario, reunión, cumbre, jornada, etc. (ahora se les dice 'eventos'), va en cursiva, entre comillas simples, comillas dobles o con las iniciales del nombre del certamen en mayúsculas.
Este pequeño caos mental que nos han creado estos diminutos y en apariencia inofensivos signos ortográficos parece que nos ha condenado a la duda perpetua y a la justificación de un cargo como el de Defensor del Lenguaje.
EDUARDO PARRADefensor del Lenguaje - EL TIEMPO
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