8 de noviembre de 2008

Cervantes en Nueva York


La demanda por aprender español se has duplicado en E.U. en diez años.

No es novedad que Miguel de Cervantes siga enfrentando molinos y batallas en la gran Manzana. Tras más de 4 siglos, el espíritu del Manco de Lepanto desafía hoy, en pleno corazón de Nueva York, la vigencia y expansión de la lengua que lo convirtió en el padre de la novela moderna. Lo hace a una cuadra del Waldorf Astoria y en medio del 'Bukhara Grill', restaurante hindú y de 'El Pámpano", uno mexicano, y frente a una gran tienda de Ryban.

En más de 42 países de lengua no española, el espíritu del 'príncipe de los ingenios' parece engendrar al Ingenioso Hidalgo para hacer comprender en alemán, árabe, austriaco, búlgaro, chino, francés, griego, húngaro, italiano, japonés, ruso, vietnamita y otras lenguas, la riqueza de la que se considera como segunda lengua más hablada en el mundo, después del inglés.

El Instituto Cervantes es la más grande e importante institución a nivel mundial dedicada a enseñar español; en Nueva York funciona la mayor de las 3 sedes en E.U. Lo más curioso es que aquí no solo se enseña la lengua de Cervantes sino también la cultura y tradiciones de su patria. Por ejemplo, se imparten seminarios de degustación de vino que incluyen temas como 'todo sobre el rioja', 'los grandes tintos de la Ribera del Duero', 'vinos mediterráneos', ''jerez: único y excepcional', 'catas finales' y otros. También se imparten seminarios de gastronomía y cursos de guitarra.

"Un plato bien cocinado es algo más que un placer para el paladar, el olfato y la mirada. Es una lección de cultura e historia. Una receta puede ser tan representativa de un país como un libro o como una obra de arte", dice Antonio Muñoz Molina. En cuanto a música, la guitarra es parte esencial de la cultura española y una de sus tradiciones más valiosas. Los alumnos del Intitulo aprenden a tocarla, junto con la historia y el repertorio del gran Andrés Segovia, quien demostró, a principios del siglo XX, que este instrumento era digno de los grandes escenarios.

En materia de cursos de español, aquí hay para todos los gustos: para adultos, niños y adolescentes, cursos virtuales, de negocios, desarrollo de destrezas, de cultura y civilización, de formación de profesores. Funciona además una galería de arte, la mayor biblioteca y videoteca en español de E.U., con más de 70 volúmenes y 7 mil películas. Se realizan además innumerables actividades culturales, como seminarios, ciclos de cine, tertulias literarias etc.

Con todo esto, lo que parece haber hecho Cervantes, sin saberlo, fue prolongar en la capital del mundo su eternidad de incansable viajero. Cuando vivo, recorrió todos los pueblos que quiso de España, Italia y Portugal. Aquí parece proseguir en el espíritu de su hidalgo, con su armadura y sus locos desvaríos en medio de hamburguesas, frenético consumo y sonoros, luminosos y enloquecedores juegos electrónicos. Sin duda, una experiencia nada comparable con la batalla de Lepanto, en la que combatió orgulloso, pero otra batalla, nada fácil, cuando se trata de vencer barreras idiomáticas, raciales, sociales y culturales de todo tipo.

Bajo el apellido de Cervantes estudian español en Nueva York decenas de estudiantes norteamericanos, europeos, africanos, asiáticos e incluso hijos de hispanoamericanos que saben hablar el idioma de sus padres pero que no saben escribirlo.

"Entiendo y se hablarlo pero no tengo ni idea de escribirlo", admite Ernesto Martínez, adolescente de origen mexicano.

Hombres y mujeres, sobre todo, entre los 30 y los 40, disputan en Nueva York un certificado que los acredita como competentes en una lengua extranjera: el español. Para conseguirlo cursan 3 niveles, divididos en 4 franjas cada uno y pagan entre US 428 y 556 dólares, dependiendo de los días y la intensidad horaria que elijan.

"Los estudiantes del este europeo tienen gran facilidad para los idiomas y es posible que aprendan español en 6 meses, pero a muchos anglosajones les lleva, a veces, años", dice la gallega María Núñez, de la administración del Instituto. Dice que algunos aspirantes preguntan con frecuencia qué tipo de español se enseña aquí y respondemos que "el único que existe, el de Cervantes".

El Instituto comenzó en Nueva York hace 16 años y espera consolidarse como máxima autoridad en enseñanza del español en la gran manzana. Por ahora trabajan aquí 25 personas y hay profesores de todas las nacionalidades hispanoamericanas. También se enseña vasco, gallego y catalán pero "tienen muy poca demanda", dice Núñez.

En su galería de arte exponen permanentemente trabajos de jóvenes o de consagrados artistas hispanoamericanos. En enero, por ejemplo, estuvo abierta 'Art/Agora' en la que participaron 10 jóvenes artistas de Argentina, Chile, Guatemala, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico y Venezuela, todos residentes en E.U. La muestra buscó, sin mucho éxito, reflexionar sobre la "vulnerabilidad de la palabra en un mundo dominado por el lenguaje de las imágenes".

Melisa Calderón, de origen latino pero nacida en Nueva York, presentó una instalación titulada 'El Gallo', con la que quiso hablar sobre los conflictos de la mujer en la sociedad, no dentro de las luchas materno-feministas de latinas frente a latinos, sino en la consideración del macho latino, resumido en el gallo: "agresividad, territorialidad, angustia y dominio". En su opinión, "la pelea de gallos es el despliegue del machismo por excelencia".

En cinematografía el Instituto también es activo. Empezó el 2008 con la exhibición de 'Ana y los otros', de la directora argentina Celina Murga, dentro del ciclo genérico 'cine en construcción'. En febrero y, dentro del mismo ciclo, presentó al director colombiano Luis Alberto Restrepo, con 'La primera noche', largometraje subtitulado en inglés, que cuenta la historia de una pareja de campesinos que se enfrenta, por primera vez a una ciudad desconocida.

En cuanto a las tertulias, en enero y febrero, por ejemplo, los protagonistas centrales fueron el escritor colombiano Jaime Manrique, considerado como uno de los escritores latinos más importantes de E.U. y el cubano, Enrique del Riasco. A esto se suma el festival de flamenco de Nueva York, en febrero, desde hace 8 años, con colaboración del World Music Institute.

Pero, ¿cómo convencer a alguien a aprender español en Nueva York? El Cervantes lo hace recordando no solo que la población hispana en E.U. supera 40 millones y representa el 14 % de la población total de este país, sino que garantiza que aprendiendo esta lengua se abren prometedores caminos de negocios. En un mundo globalizado, existen hoy grandes y jugosas oportunidades de negocios en los más de 20 países donde se habla español, argumenta el Instituto en sus folletos de promoción. ¿El resultado de la estrategia? Buena. La demanda del español se ha duplicado en los últimos 10 años.

Por Gloria Helena Rey
Nueva York
Publicado en : EL TIEMPO

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