23 de abril de 2010
TE DESEAMOS UN FELIZ DÍA DEL LIBRO
22 de abril de 2010

El día 23 de abril de 1616 fallecía en Madrid, Miguel de Cervantes Saavedra, quien contribuyera al engrandecimiento de la lengua española, con su obra máxima: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.En su recuerdo y homenaje, el día 23 de abril ha sido designado para conmemorar el Día del Idioma Español.
Origen del Idioma en el mundo
La arqueología, la paleo-demografía y la geografía lingüística cada vez aportan nuevos datos acerca de la probable dispersión del hombre moderno desde las regiones lacustres de Africa hacia Asia, Australasia y América via Beringia. Al mismo tiempo, la actividad humana -fabricación de artefactos, intercambios comerciales, innovaciones culturales- forma parte del proceso general de adaptación de la especie. Por consiguiente, las lenguas han tenido que seguir la misma ruta que los hablantes.
La palabra idioma tiene procedencia griega y significa la manera de expresarse o lenguaje usado para comunicarse unos con otros los habitantes de un pueblo de una nación o parte de ella. Muchísimos han sido los idiomas utilizados en el mundo y de ellos, muchos también se han dejado de hablar y se llaman lenguas muertas, como el latín. Uno de los idiomas mas antiguos es el sanscrito originario de la India donde fue el idioma nacional hasta el siglo III de nuestra era.

Elaboró Academia de la Lengua “Diccionario del Bicentenario”
En conferencia de prensa ofrecida en la sede de la Academia, con motivo del anuncio del ciclo de conferencias “La Academia Mexicana de la Lengua ante los centenarios de las revoluciones”, que se llevará a cabo del 4 de mayo al 7 de diciembre en el Palacio de Bellas Artes, junto con el INBA, el lingüista dijo que dicho proyecto ya está terminado.
“Es un trabajo en el que no participa el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), sino la Secretaría de Educación Pública (SEP), entonces, la Academia por instrucciones del presidente de México, Felipe Calderón, terminamos de preparar este diccionario escolar para alumnos de secundaria”, aclaró.
Destacó que este trabajo académico será regalado por la SEP a los niños mexicanos, por el Bicentenario de la Independencia, y que tiene como característica definiciones sencillas, para que las entiendan estos escolares.
“Solamente esperamos que se imprima y se entregue en el próximo ciclo escolar, y es un proyecto de la Academia con el que tratamos de participar en la celebraciones” nacional, apuntó el académico.
Respecto al ciclo de conferencias, Teresa Vicencio Alvarez, directora general del INBA, comentó que con motivo de los festejos se llevarán a cabo 14 charlas a cargo de destacados miembros de número de la Academia Mexicana de la Lengua
Con esta serie, abundó, se adhieren a los objetivos de la Academia de contribuir a la construcción de la identidad lingüística de los mexicanos, a través del análisis de los temas más importantes de las letras de los 200 años de vida independiente del país.
Los conferencistas que participarán en el ciclo son José G. Moreno de Alba, Ernesto de la Peña, Jaime Labastida, Miguel Ángel Granados Chapa, Concepción Company Company, Gonzalo Celorio, Vicente Quirarte, Margo Glantz, Diego Valadés, Ruy Pérez Tamayo, Tarsicio Herrera, Felipe Garrido, Arturo Azuela y Adolfo Castañón, entre otros.
Apuntó que este ciclo, que es un esfuerzo en colaboración con la Academia, “será una de las actividades que permitirá hacer un recuento novedoso, un recuento desde diferentes ópticas en torno a nuestra identidad lingüística”, concluyó la funcionaria.
Publicado por: Notimex el 21/04/2010 16:26 en : LA JORNADA
19 de abril de 2010
Un origen 'sui géneris' tuvo el libro 'La fascinante historia de las palabras', del periodista uruguayo Ricardo Soca. En lugar de nacer en el papel y dar el salto al mundo virtual, como está ocurriendo gracias al 'boom' de aparatos de lectura digital, la publicación de Soca se fue escribiendo primero en la web.
"La magia de las palabras me atrae desde mi lejana infancia. Yo era el tipo de niño que no conseguía hacer una suma o una resta, pero que no tenía una sola falta de ortografía, que conversaba sobre significados y etimologías o comparaba con vocablos extranjeros", comenta Soca.
Este curioso 'hobby' lo llevo a crear en 1996, cuando comenzaba el furor de Internet, 'La página del idioma español' (www.elcastellano.org). Luego, en el 2002, el periodista comenzó a enviar desde su página un correo masivo, titulado 'La palabra del día', que hoy cuenta con 189 mil suscriptores.
Esa fue la materia prima de 'La fascinante historia de las palabras', un hermoso libro-objeto, con el que se estrenan en el mundo editorial el diseñador bogotano John Naranjo y su esposa, la fotógrafa Carolina Rey.
"Yo creo que el compromiso y el gran esfuerzo que tiene que hacer un editor hoy es ofrecerle a los lectores una experiencia vivencial y tangible que solo sea perceptible en los sentidos a través del libro", explica Naranjo, quien se preocupó por combinar las texturas mates y brillantes con un diseño original de las páginas interiores.
Para acompañar las definiciones, que superan las quinientas palabras, provenientes, entre otros, del árabe, de idiomas nórdicos y de americanismos, Naranjo diseñó durante varios meses cerca de 200 ilustraciones, inspiradas en la técnica del artista surrealista Max Ernst, que solía hacer un 'collage' con grabados antiguos.
Muchas de las imágenes, por ejemplo, combinan cuerpo humano con cabeza de animales o de objetos, explica Naranjo, ganador en dos oportunidades del Premio Society of News Design, uno de los más prestigiosos en ese campo, en Estados Unidos.
"Mi mayor preocupación es diseñar imágenes que tengan un valor que va más allá de la producción multitudinaria", agrega Naranjo, quien se inspiró para la carátula en una obra del biólogo alemán Ernst Haeckel. "Al ver las imágenes quedé maravillado. Se me ocurre que cada uno de esos colibríes es una palabra".
EL CAMINO DE LAS PALABRA POR LA HISTORIA
- Belladona: esta planta toma su nombre del italiano 'bella donna' (bella mujer). Su origen viene del siglo XVI, cuando las mujeres de las cortes italianas ingerían la atropina (alcaloide presente en la belladona) antes de los bailes para dilatar sus pupilas y lucir más sensuales.
- Hincha: el primer hinca de fútbol vivió en Montevideo. Era un hombre encargado de inflar (hinchar) los balones, al que llamaban el 'hincha Reyes'. Sus gritos por el Club Nacional se volvieron tan famosos, que luego la palabra se fue aplicando, en general, a todos los seguidores de un club futbolístico.
- Cínico: su origen viene los miembros de las escuelas griegas que solían burlarse "como perros" de la gente común y mediocre. La palabra proviene del griego 'kyon', que significa "perro", que luego derivó en 'kynikós' (los que se mofan como perros), que más tarde seria el vocablo latino 'cinicus'.
- Piropo: debe su origen a la palabra griega 'pyropos', que significa "con aspecto de fuego" o "de ojos de fuego". Esta relación con el fuego "se vincula tal vez a la llama de las pasiones que van junto con el piropo".
- Veneno: La humanidad ha soñado siempre con sustancias estimulantes en el sexo que llamó afrodisíacos, inspirado en Afrodita. En los romanos esta deidad era Venus. De allí que las pociones mágicas para despertar el deseo sexual se llamaron 'venenum'. Con el tiempo, esta palabra se extendió para todas las drogas que también causaban la muerte.
CARLOS RESTREPO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
Publicado el 15 de abril de 2010 en : EL TIEMPO
19 de marzo de 2010
Janitzio Villamar presenta su novela en la UACM - Cuautepec
20 de noviembre de 2009
9 de noviembre de 2009
Sube una grabación sonora al atlas oral

El objetivo del atlas oral es reflejar las diferentes hablas del castellano, geolocalizadas en un mapa, al que se puede ir añadiendo nuevas grabaciones de sonido. También se trata de reflejar el habla popular. Por tanto, no dejes de añadir tu grabación solo porque piensas que hablas mal, o porque solo hablan así en la población donde estás, por pequeña que sea, o porque mezclas acentos (por ejemplo, naciste en un sitio y vives en otro, o tus padres tienen diferentes orígenes). Al contrario, puede ser muy útil.
Los países incluidos en la lista y que ya tienen un mapa preparado al que añadir grabaciones son aquellos donde el español es lengua oficial o hay una academia de la lengua. Además se da Sefarad, para los países de Europa y Asia donde ha comunidades judeoespañolas. Finalmente, hay una página específica para otras partes del mundo.
14 de octubre de 2009
Pida la Palabra
Los mariachis callaron
Una amiga me apuesta a que la palabra "mariachi" es de origen francés. ¿Es verdad?. Laura Gamboa, Sevilla (Valle).
Esta es la creencia más extendida sobre el origen de los famosos conjuntos de música mexicana que tocaban en las bodas o matrimonios (marriages) en tiempos en que Francia imperó en México a través de Maximiliano de Habsburgo (1864-1867). Incluso Alfonso López Michelsen, versado en música azteca, acoge la fácil etimología. Pero el libro 'El mariachi', de Jesús Jáuregui, demuestra que ya en 1832, tres decenios antes del imperio francés, hay documentos oficiales sobre un rancho llamado Mariachi, del que se registran más de diez topónimos. Ello prueba que el vocablo procede seguramente de un término pre-europeo.
Macondo
¿Qué significa originalmente Macondo, el pueblo donde transcurre "Cien años de soledad"? (Varios)
Aunque me he referido antes a este asunto, es uno de los temas más consultados a esta columna, quizás porque constituye materia de tareas escolares. Según el Diccionario de la Real Academia (DRAE), el macondo es "un árbol corpulento de la familia de las bombacáceas, semejante a la ceiba, que alcanza de 30 a 40 m. de altura". Contradictorio, el Lexicón de colombianismos de Mario A. Di Filippo afirma que el nombre proviene del latín, makondo, que significa plátano (¡); pero luego sostiene que es voz de los indios chimilas (que no conocían el latín). También señala que corresponde a un juego chino. Otras fuentes le atribuyen origen africano (bantú) y afirman que García Márquez tomó el nombre de una aldea o una hacienda. Lo cierto es que en el DRAE no aparece Macondo, por tratarse de un nombre propio, ni el adjetivo macondiano, por razones desconocidas.
Nombres falsos
¿Es correcto referirse a una persona como "alias Fulano de Tal", según extendida costumbre de los medios de comunicación? Apolinar M. Gámez J., Tunja.
El mundo de los nombres falsos es rico y variado. Los alias son sobrenombres que se adjudican a una persona ('Tirofijo', 'Rasguño'), y se emplean sobre todo en la jerga delincuencial, policial y judicial. El apodo es un sobrenombre que suele ser cariñoso pero puede tener otro origen (La 'Chiva' Cortés, 'Cochise' Rodríguez). El seudónimo es el nombre que escoge un escritor o artista en reemplazo del suyo (Voltaire, Klim). El heterónimo es el seudónimo con el que un escritor firma parte de su obra (Juan de Mairena era heterónimo de Antonio Machado). Por último, hipocorístico es la alteración de un nombre propio empleado comúnmente (Guillo, de Guillermo; Pepa, de Josefina; Maruja, de María).
¿Cómo llamarlos?
¿Cómo debemos llamar a las ciudades, por su nombre original o la traducción del nombre? Inés de Gómez, Sacramento (EE.UU.)
Depende. Normalmente, el nombre del topónimo resulta más manualito en español que en la lengua nativa; es mejor Nueva York que New York, Marsella que Marseille, Asís que Assisi, Austria que Österreich, Casablanca que Dar el Beiba. En algunos casos, sin embargo, es aconsejable mantener el nombre original o una traducción acomodaticia de este. Por ejemplo, Rio de Janeiro significa, literalmente, Río de Enero. Pero no hay quien lo identifique así. Un caso de traducción a la brava es el de München, ciudad alemana que en inglés y francés se escribe Munich. En español se acepta la forma Múnich: solo que la ch se pronuncia como k, circunstancia ananómala en nuestra fonética.
Por: Soledad Moliner
Publicado en: EL TIEMPO
11 de septiembre de 2009
Profesor-Investigador de la
Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
en la
Academia de Lenguaje y Pensamiento.
elegido
Coordinador del
CHYCS 2009-2011
DIAGNÓSTICO Y PLAN DE TRABAJO
CURRÍCULUM VITAE
1 de septiembre de 2009
¿Cómo sería el Quijote si hubiera sido escrito en un BlackBerry?

Escrito por Cervantes con pluma de ganso
Foto: Olga Lucía Aldana
La mayoría de las obras clásicas necesitaron apenas un lápiz, una pluma o un estilógrafo.
Si Cervantes hubiera tenido acceso a las tecnologías de comunicación del siglo XX, es posible que el Quijote hubiera empezado así:
En 1 lugar dla Mancha no ha mch tmp vivia 1 hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocin flco y galgo corredor.
Sent from my BlackBerry¿ wireless device
También es posible que la novela hubiera terminado en ese punto, porque las nuevas tecnologías invitan a la brevedad. Resulta difícil leer en pantalla un texto que tenga más de un capítulo, y hay aparatos que no admiten más que un puñado de palabras. Son palabras escritas, letra a letra, con el dedo índice (como lo hacemos, con enorme trabajo, los de generaciones veteranas), o a velocidad de pianista de música húngara con los pulgares (como los jóvenes: por eso los tienen tan largos como los demás dedos). Debido a las tribulaciones anteriores, los mensajes deben contener el mínimo posible de caracteres: Mtrs+cort muhc mjr: mientras más corto, mucho mejor.
Del Quijote se ha dicho que fue la primera novela moderna. Pero ni siquiera si hubiera sido escrito en BlackBerry (BB) habría podido decirse ahora que fue la primera novela escrita en un teléfono inteligente, que es como llaman a la raza de aparatos a la que pertenecen los BB. En realidad, el Cervantes del teléfono inteligente es Peter Brett, un joven novelista gringo que escribió durante casi tres años una novela demoniaca en su HP iPaq 6515.
Tecleaba todos los días en el tren entre su trabajo y su casa en un suburbio de Nueva York. Entre abril de 2006 y septiembre de 2008 escribió un promedio de 400 palabras diarias de una obra de ficción terrorífica que en español podría llamarse El hombre encasillado o El hombre protegido (habría que leerla para escoger la mejor traducción del título). La novela se publicó en mayo pasado y ha tenido muy buenas reseñas en Amazon Books... enviadas casi todas a través de BB.
Posiblemente es esta la primera novela escrita en un teléfono inteligente. En agosto del año pasado, el ministro de Ciencia y Tecnología de la India, Kapil Sibal, había tecleado en su celular un libro de poemas titulado Soy testigo. Pero los poemas de Sibal son obritas brevísimas (de seguro las escribió con un solo dedo, porque es mayor de 60 años). Hablo de cosas tales como
No me escribas
un veloz SMS
para decir "te amo".
No quiero
que me borres
con igual rapidez
de tu memoria.
La novela de Brett, en cambio, es una obra magna de 432 páginas en formato de libro impreso. Una vez terminado el borrador tuvo que prescindir de varios capítulos, lo cual obliga a pensar con horror en los días de tren y tecleo que tiraba a la caneca con cada corrección. Para que se den una idea, los párrafos de esta nota que el lector ha recorrido hasta aquí le habrían costado a Brett más de un día de trabajo.
Pero su nombre ya figura en la historia de la escritura como el del primer novelista celular, a menos que otro historiador más avezado que yo aporte datos mejores. D eso s ttba, vd?: de eso se trataba, ¿verdad?
Gabo en la pantalla
Algunos reclaman para Gabriel García Márquez, como si le faltaran títulos, premios y honores, el de haber sido el primer novelista que utilizó el computador para una de sus obras. Es dudoso que lo sea, aun cuando no he encontrado el dato preciso que informe cuál fue el pionero. Pero es bien sabido que la tecnología ha seducido siempre a GGM y su romance con el computador Macintosh de Apple es tan célebre como el de Fermina Daza con Florentino Ariza, personajes principales de El amor en los tiempos del cólera. Gabo escribió esta novela en su Macintosh justamente, a principios de los años ochenta, y la publicó en 1985. En tal época no existían aún los CD ni mucho menos las unidades de memoria, de modo que los originales fueron enviadoS a la editorial en disquetes blandos que, una vez impreso el libro, el autor recuperó.
Lo que sigue a esa historia es un capítulo insólito que produce poco amor y mucha cólera. García Márquez regaló los disquetes a una amiga periodista, junto con una tarjeta autógrafa donde se hacía constar que eran los originales de la novela. Unos años después se produjo la ventolera de subastar manuscritos de Gabo.
En septiembre de 2001, la empresa de subastas Velázquez programó una tarde de gala en la que se puso a la venta variada parafernalia gabiana. La pieza fuerte eran las galeradas de Cien años de soledad con enmiendas y tachaduras del autor; también ofreció primeras ediciones de algunas de sus obras y un puñado de cartas autógrafas. La subasta fue un fracaso. Se vendieron varios de los ítems de menor cuantía, pero nadie puso sobre la mesa el botín requerido (más de 200 millones de pesos) para llevarse el gordo de las galeradas. Unos meses más tarde, intentó subastarlas en Londres la prestigiosa firma Christie¿s, pero nadie llegó a cubrir los 321 mil dólares de salida.
Por la época de la primera subasta, la periodista de marras, que estaba necesitando una inyección de capital, puso en manos de la compañía subastadora madrileña de Javier Barás los disquetes de El amor en los tiempos del cólera. La suerte tampoco acompañó a esta histórica prueba de que GGM era capaz de escribir una novela decimonónica en un computador de fines del siglo XX. Nadie ofreció por ella lo que se pedía. Pero las cosas fueron aún peores que con las galeradas, porque el asunto terminó en novela picaresca: de un día para otro la casa de subastas desapareció, nadie volvió a dar noticias del tal Barás y él o la empresa se quedaron, abusiva y dulcemente, con los disquetes que llevan la impronta electrónica de Gabo y la tarjeta con su firma.
Mark Twain y la máquina de escribir
Antes de dedicarse a domeñar el computador, García Márquez era fiel escribidor de máquina. Su primera había sido una Remington portátil que pereció incendiada el 9 de abril, no sin dejar previamente una estela de artículos periodísticos y cartas a amigos. En París consiguió GGM una de segunda mano a la que faltaba la letra "d", y en ella escribió El coronel no tiene quien le escriba. Corría el año de 1959 cuando se enamoró en Caracas de una máquina de marca Torpedo, y se voló con ella a México. Sus teclas deletrearon los textos de Los funerales de la Mamá Grande y los primeros capítulos de Cien años de soledad. En 1964, el novelista mecánico se volvió eléctrico: atraído por la limpieza de la Smith Corona de enchufar, compró una en la que terminó Cien años..., mientras la Torpedo pasaba a buen retiro en su casa del D. F. (De ese buen retiro se la robaron en 1975).
La gloriosa Smith Corona trabajó luego en El otoño del patriarca y en otras obras mayúsculas, hasta cuando el dueño sucumbió de nuevo ante la tentación tecnológica y compró una máquina eléctrica de casete que fue un desastre y más tarde otra que se perdió en Panamá y apareció tan misteriosamente como se había perdido. Su última máquina fue una belleza adquirida en Washington que pasó al cuarto de chécheres en el momento en que surgió en el mercado un aparato maravilloso llamado computador. García Márquez fue uno de los primeros escritores que saltó de cabeza a la piscina informática. Allí escribió aquellos disquetes famosos de El amor en los tiempos del cólera, y allí sigue nadando.
Lo que él ignoraba cuando se hizo a los servicios de aquella Remington portátil fallecida en el Bogotazo es que dos escritores ultrafamosos se disputan el privilegio de haber sido los primeros en escribir un texto en máquina de escribir.
En 1881 Federico Nietzsche compró un artilugio novísimo y rarísimo llamado "esfera escritora", invento de un tal Hansen, sueco, pastor y profesor de sordomudos. Nietzsche intentó escribir en este aparato arqueológico, que solo usaba mayúsculas. Y esto fue lo que le salió: "LA ESFERA ESCRITORA ES COMO YO: HECHA DE HIERRO, PERO QUE SE DOBLA FÁCILMENTE EN LOS VIAJES. PARA USARLA SE NECESITAN PACIENCIA Y TACTO EN ABUNDANCIA, LO MISMO QUE DEDOS FINOS.
No eran muy finos los dedos del autor de Así hablaba Zaratustra, así que devolvió el aparato y volvió a coger la pluma y el tintero.
Un año después, en 1883, Mark Twain terminó en una máquina de escribir los originales de Vida en el Mississippi. Viejo bromista, sostuvo en 1905 que, "hasta que se demuestre lo contrario", fue el primero "en aplicar la máquina de escribir a la literatura", por cuanto alega haber escrito en tales condiciones Las aventuras de Tom Sawyer en 1876. Pero los historiadores sostienen que no es verdad lo de Sawyer y ubican la efeméride seis años más tarde.
De todos modos, las dos frases de Nietzsche no representan ningún hecho literario, y Vida en el Mississippi sí. O sea que la corona del primer escritor que empleó la máquina para terminar una obra literaria es indudablemente de Mark Twain.
Lápices y otras plumas
Hasta ese momento, el padre de Tom Sawyer y Huckleberry Finn había usado, como en los 1.100 años anteriores, la humilde pluma de ganso, que duraba una semana y tenía que picotear cada pocas palabras el tintero para cargarse de líquido. La pluma data del siglo séptimo de la era cristiana. Antes de ella se usaban punzones, palos metálicos y pinceles para inscribir palabras en papiros o papeles.
No debía de ser tan mala la pluma desde que sirvió para escribir el Quijote, La divina comedia, Gargantúa y Pantagruel y Hamlet. Muchos escritores nunca empuñaron la pluma, pero, en plena era informática, aún son incapaces de inspirarse con teclados y siguen confiando en el estilógrafo, un invento que alborea en Francia en 1702, reaparece en Estados Unidos en 1809 y se perfecciona en 1884.
Notable avance respecto al estilógrafo -aunque las damas finas lo consideran un retroceso- fue el bolígrafo, que funciona con tinta seca y una pequeña esfera ubicada en la punta de un canuto. En 1888 se inventó algo parecido a este aparato, pero solo servía para marcar el cuero. Corresponde al periodista húngaro-argentino Ladislao Biro la producción del primer esferográfico, tal como lo conocemos. Ocurrió en 1938, y en Argentina aún llaman al bolígrafo la birome.
Ni el estilógrafo ni el bolígrafo desbancaron al viejo y querido lápiz de grafito, que empieza a salir de las minas a mediados del siglo XVI y en 1752 adquiere, en manos de un carpintero austriaco, la forma, la consistencia y la utilidad parecidas a las que aun tiene hoy
Lo que no se sabe es quiénes fueron los primeros en escribir una obra literaria con pluma, con lápiz, con estilógrafo y con bolígrafo. Ninguna de estas humildes pero leales herramientas inducían al autor a sacar pecho, como sí lo hace el vanidoso BlackBerry.
(Escrito en mi computador Hanns-G, con mi programa Windows Vista y mi aplicación Microsoft Office 2003).
Por: Daniel Samper Pizano
Publicado en: EL TIEMPO